domingo, 1 de agosto de 2010

La maravilla de la tecnología educativa 2


O maravillados por la tecnología… Pero como una luz brillante que ciega y que molesta.

Para muchos profesores el hecho de que exista algo como la red es como la luz brillante que ciega. Aunque me parece que es más como la cueva de Platón, es decir, no quieren ver. Es una resistencia mental, sicológica, nada que ver con la capacidad, es falta de disciplina y organización justificada en que no es fácil, no se me da, no puedo y por supuesto el clásico, no tengo tiempo.

En pasados días se publicó una nota en el periódico La Jornada donde se afirmaba de manera tan tajante que daba lástima, que el internet es el causante de la desintegración familiar en México. Lo cual me parece por demás absurdo puesto que los últimos datos que se han publicado sobre el tema señalan que sólo el 32.5% (AMIPCI, 2010) de la población tenemos acceso o accesamos (algunos no lo hacen porque no les interesa) a internet. De ese porcentaje, el 33% (INEGI, 2009) ingresa por cuestiones educativas.

Lo interesante sería conocer qué uso educativo hacen en internet. ¿Por qué interesante? Bien, los encuestados pueden ser estudiantes, profesores o investigadores, aunque podrían ser ciudadanos interesados en el tema, pero vamos a analizar a los primeros tres solamente.

Muchos de los estudiantes, cuando dicen que usan el internet con fines educativos, no necesariamente hacen uso formativo, más bien es con fines de de búsqueda de información para cumplir, y sólo cumplir, con las tareas. Lo mismo sucede en todos los niveles educativos, incluido el de posgrado. Por supuesto hay quienes si le dan un uso educativo.

En el nivel del profesorado sucede exactamente lo mismo, aunque es más difícil probarlo salvo cuando son estudiantes y presentan trabajos copiados de internet. Aunque aquí aumentaría considerablemente la cantidad de profesores que lo usan con fines formativos, algunos sólo para obtener información, otros para utilizar además herramientas didácticas, las cuales abundan en internet, en todas las áreas educativas.

Son quizás, los investigadores quienes más provecho le sacan a internet, revisan bases de datos, archivos, bibliotecas, revistas especializadas, etc.

Esta información requiere una investigación que arroje datos sólidos de lo que realmente hacen en internet con fines educativos estos tres grupos

domingo, 9 de mayo de 2010

Los grandes desafios de la docencia

La simplicidad que tienen algunas problemáticas sociales como la educación nos lleva a hacerlas tan complejas, tan complicadas. Cuando los juegos de poder son los que gobiernan un país, las consecuencias no se hacen esperar.

La docencia es una profesión olvidada por la mayoría de los docentes. El docente se ha perdido en el academicismo.

La docencia es enseñar una ciencia o un arte, tener habilidades pedagógicas para conducir al estudiante en el proceso de aprendizaje.

Que la labor académica sea en las aulas, con los estudiantes, con ese compromiso de enseñar de ayudar a construir, la labor docente está ahí, conversemos con nuestros estudiantes como lo hacía Sócrates, discutamos, seamos dignos de la profesión.

La labor docente no está en tanto papelito que se busca para obtener mayor salario, escalar en la mal llamada “carrera magisterial”, no debe ser una competencia, el reconocimiento al esfuerzo llega sólo cuando estamos pensando en él todo el tiempo, cuando nos esforzamos por hacer la labor para la que nos hemos formado.

En el camino se perdió la perspectiva de la docencia, pero se puede recuperar. Dejemos de culpar a los padres, a los estudiantes que ya no son como antes.

Por último, sólo por, hoy comparto un fragmento de la presentación de un curso que inicié con el Mtro. Daniel Prieto Castillo: “Cuando alguien se presenta ante un grupo para ofrecerle su palabra como educadora o educador, vale siempre la pena preguntarle ¿desde dónde hablas? Hablo desde una suerte de obsesión que me ha acompañado durante muchos años: si el sentido de nuestra profesión es que quienes vienen a nosotros, en calidad de estudiantes, aprendan, ¿qué tanta libertad tenemos en nuestras diarias rutinas para aprender y para promover y acompañar aprendizajes? Es imposible enseñar sin aprender, no sólo de la ciencia, de los libros, sino también, y de manera fundamental, entre nosotros, entre quienes formamos parte de una institución educativa”.