sábado, 20 de junio de 2009

Diario de Cursos y discursos 2


La experiencia de la primer semana de curso, no se convirtió en discurso, por el contrario, me dejó un buen sabor de boca. El conocimiento nuevo adquirido ha sido poco, pero ello no demerita la reflexión sobre la práctica, la afirmación de que lo que estoy haciendo va por un camino más o menos correcto, que los profesores tenemos mucho por hacer, que nos falta mucho por razonar.
La reflexión sobre la práctica nos lleva a pensar en la falta de de formación didáctica, la cual le hace mucha falta al profesor.
El estar en curso para profesores en el papel de estudiante me ha dado una perspectiva diferente a la que he tenido hasta ahora, me ha situado en el otro lado de la sala, acostumbrada a dirigir, impartir yo los cursos a profesores. Me he sentido con ganas de callar al otro a veces, cuando se habla de cosas que comunmente llamamos tonterías (o más feo si se quiere), en otros momentos me han dado ganas de decirles que se retiren de la profesión docente, porque ES UNA PROFESIÓN, otra diferente a su formación de abogados, biólogos, sicólogos, comunicólogos, contadores... a esos que se excusan para lo que hacen (o no hacen), se ponen en defensiva.
La excusa típica de que las tecnologías, los celulares son malos, "hacen ruido" en la comunicación entre alumno y profesor. Pero es el profesor el que tiene la batuta para la dirección de la orquesta. Todos los elementos son importantes, los estudiantes, los profesores, para lograr una armonía, lo más perfecta o agradable posible. Entonces, si las reglas son claras (no celulares en clase por ejemplo) y el profesor sigue la misma indicación que da, la relación se mantiene sin problema, o con problemas mínimos.
No quiero caer en lo que critico tanto, la soberbia del todo sabedor, tengo compañeros que son extraordinarios, que los he visto en la talacha, pensando, estudiando, aprendiendo, jugando con la tecnología para incorporarla en su práctica (Lovio por ejemplo).
Ha sido enriquecedor estar en el otro punto, en la otra parte.
Como conclusión de la primera parte del curso veo mucha resistencia por parte de los profesores a incorporar el uso de la tecnología en sus cursos, incluso en su práctica. A la mayoría los he visto entrados chateando varias veces, saturando los correos de chistes y basuras inombrables, cadenas de lo absurdo a lo idiota, pero no quieren ver más allá, creo que es apatía, flojera, falta de interés o como les gusta llamarlo a la mayoría: resistencia. Veremos cómo reaccionan con la segunda parte del curso, cuando se enfrenten a la tecnología. Veremos si entendieron que la primera parte del curso tenía un fin muy específico que está ligado (muy efectivamente puedo agregar) a la segunda.

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